Cómo prevenir y tratar las durezas eficazmente

Las durezas se forman cuando la capa más superficial de la piel se vuelve más gruesa a consecuencia de la acumulación de células muertas en los pies. Hoy te contamos más sobre las durezas, cómo puedes prevenirlas y cuáles son las causas más frecuentes.

¿Por qué se producen las durezas?

·     Mala biomecánica. Cuando el organismo no funciona correctamente, el peso tiende a caer en determinados sitios de los pies produciendo una dureza o callo como consecuencia. De hecho, los callos son un mecanismo de defensa que tenemos para no lesionarnos o dañar otras estructuras más profundas.

·     Calzado. El uso continuado de un calzado inadecuado o de mala calidad es una de las principales causas de muchas de las posibles patologías que pueden sufrir nuestros pies, una de ellas, la aparición de durezas. El material de estos no tiene tanta capacidad de amortiguación y, además, se deforman con mayor facilidad, provocando una mala mecánica del pie.  

·     Deshidratación. Efectivamente, los pies hidratados y bien cuidados son menos propensos a la aparición de durezas. En personas que tienen los talones muy secos y agrietados las durezas son más frecuentes. 

·     Uñas. La acumulación de células muertas bajo las uñas es otra de las causas por las que pueden producirse. Así que ya sabes, ¡no olvides cortarlas periódicamente! 

Tratamiento para las durezas

Bajo ningún concepto, se debe tratar de eliminar las durezas desde casa ya que, como hemos explicado antes, están para proteger y solo hay que quitarlas cuando su acumulación provoca dolor. Acude a un centro de podología con personal cualificado, que cuente con herramientas especializadas y, más importante aún, esterilizadas. Realizarse estos cortes a uno mismo puede llevar a infecciones e inflamaciones innecesarias en la piel. En nuestro centro ofrecemos servicios de Quiropodia en los que la eliminación de las durezas se hace de forma eficaz y segura. 

Algunos consejos para prevenir las durezas

Si atendemos a las causas que las producen, será más sencillo entender y aplicar los consejos que ayudan a evitarlas. En primer lugar, bebe más agua e hidrata tus pies diariamente. Además, asegúrate de llevar un calzado adecuado y no utilizar todos los días el mismo, sino ir cambiándolos para evitar que los roces se produzcan siempre en las mismas zonas. Y, por supuesto, visita a un especialista en podología al menos una vez al año.

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