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Calcetines húmedos = hongos seguros.

El invierno trae consigo días fríos, lluvias, nieve y esa sensación de querer mantener los pies siempre calientes. Sin embargo, precisamente en esta época del año es cuando más aumentan los casos de hongos en los pies. ¿La causa? La humedad y el calor que se acumulan dentro del calzado cerrado.

Si pasas muchas horas con los pies húmedos —ya sea por el sudor, calcetines que no transpiran o calzado mojado—, estás creando el ambiente perfecto para que los hongos proliferen. Y una infección micótica, además de molesta, puede volverse persistente si no se trata a tiempo.


El enemigo invisible: la humedad en los pies

Los hongos, especialmente los del tipo Trichophyton, adoran los lugares cálidos y húmedos. Cuando usas zapatos cerrados durante horas, los pies transpiran, y si la humedad no se elimina, se convierte en un microclima ideal para su desarrollo.

Los calcetines sintéticos, las botas poco transpirables y la falta de ventilación agravan el problema. Por eso, en invierno —cuando usamos este tipo de calzado con más frecuencia— es común notar picor, enrojecimiento, mal olor o descamación entre los dedos. Son los primeros signos del temido “pie de atleta”, una infección muy común pero totalmente evitable.


Mal olor y más allá: cuando el sudor se convierte en problema

No solo los hongos son consecuencia de la humedad. El mal olor también aparece por la acción de bacterias que se alimentan del sudor y las células muertas de la piel. El resultado: pies que huelen mal incluso recién lavados.

La buena noticia es que se puede prevenir fácilmente con buenos hábitos diarios y una elección adecuada de calcetines y calzado.


Consejos para prevenir infecciones por hongos

  1. Usa calcetines de algodón o fibras naturales que absorban la humedad y permitan la ventilación. Evita los tejidos sintéticos.
  2. Cambia de calcetines a diario, o incluso dos veces al día si notas humedad.
  3. Seca bien los pies después de ducharte, especialmente entre los dedos. La humedad residual es un foco perfecto para los hongos.
  4. Ventila el calzado: alterna los zapatos cada día y déjalos airear para que se sequen completamente.
  5. Evita andar descalzo en vestuarios, piscinas o duchas públicas: son zonas de alto riesgo.
  6. Usa polvos antifúngicos o desodorantes podológicos si tiendes a sudar mucho.
  7. Acude al podólogo ante los primeros síntomas: picor, enrojecimiento o piel blanquecina. Cuanto antes se trate, más rápido se elimina la infección.

No ignores las señales

Muchas personas dejan pasar los primeros síntomas pensando que “ya se irá solo”. Pero los hongos rara vez desaparecen sin tratamiento. Además, pueden propagarse a las uñas (onicomicosis), lo que complica la curación y puede requerir un tratamiento más largo.

En tu clínica de podología, te ayudamos a diagnosticar el tipo de infección y aplicar el tratamiento más adecuado. Además, te asesoramos sobre los productos de prevención más eficaces para tu tipo de piel y actividad.


Este invierno, pies secos = pies sanos

Mantener los pies calientes no significa mantenerlos húmedos. Cuídalos, protégelos del frío… pero también dales respiración. Con unos hábitos sencillos, evitarás infecciones, malos olores y molestias innecesarias.

Y recuerda: si notas algo diferente en tus pies, consulta a tu podólogo. Porque la salud empieza desde abajo.